Materiales para 5to y 6to

Materiales 6to Ficha 1. Primera guerra mundial

Ficha Nº 1

VISTA PANORÁMICA DEL SIGLO XX
(1914-1945)

William Golding (premio Nobel, escritor, Gran Bretaña): «No puedo dejar de pensar que ha sido el siglo más violento en la historia humana».

Yehudi Menuhin (músico, Gran Bretaña): «Si tuviera que resumir el siglo xx, diría que despertó las mayores esperanzas que haya concebido nunca la humanidad y destruyó todas las ilusiones e ideales».

Rita Levi Montalcini (premio Nobel, científica, Italia): «Pese a todo, en este siglo se han registrado revoluciones positivas... la aparición del cuarto estado –sufragio universal- y la promoción de la mujer tras varios siglos de represión».

Severo Ochoa (premio Nobel, científico, España): «El rasgo esencial es el progreso de la ciencia, que ha sido realmente extraordinario... Esto es lo que caracteriza a nuestro siglo».

Leo Valiani (historiador, Italia): «Nuestro siglo demuestra que el triunfo de los ideales de la justicia y la igualdad siempre es efímero, pero también que, si conseguimos preservar la libertad, siempre es posible comenzar de nuevo ... Es necesario conservar la esperanza incluso en las situaciones más desesperadas».

“La primera guerra mundial marcó el derrumbe de la civilización (occidental) del siglo XIX. Esa civilización era capitalista desde el punto de vista económico, liberal en su estructura jurídica y constitucional, burguesa por la imagen de su clase hegemónica característica y brillante por los adelantos alcanzados en el ámbito de la ciencia, el conocimiento y la educación, así como del progreso material y moral. Además, estaba profundamente convencida de la posición central de Europa, cuna de las revoluciones científica, artística, política e industrial, cuya economía había extendido su influencia sobre una gran parte del mundo, que sus ejércitos habían conquistado y subyugado, cuya población había crecido hasta constituir una tercera parte de la raza humana (incluida la poderosa y creciente corriente de emigrantes europeos y sus descendientes), y cuyos principales estados constituían el sistema de la política mundial.

Los decenios transcurridos desde el comienzo de la primera guerra mundial hasta la conclusión de la segunda –guerra mundial- fueron una época de catástrofes para esta sociedad, que durante cuarenta años sufrió una serie de desastres sucesivos. Sus cimientos fueron quebrantados por dos guerras mundiales, a las que siguieron dos oleadas de rebelión y revolución generalizadas, que situaron en el poder a un sistema – el comunista- que reclamaba ser la alternativa, predestinada históricamente, a la sociedad burguesa y capitalista, primero en una sexta parte de la superficie del mundo y, tras la segunda guerra mundial, abarcaba a más de una tercera parte de la población del planeta. Los grandes imperios coloniales que se habían formado antes y durante la era del imperio se derrumbaron y quedaron reducidos a cenizas. La historia del imperialismo moderno, tan firme y tan seguro de sí mismo a la muerte de la reina Victoria de Gran Bretaña -1901-, no había durado más que el lapso de una vida humana. Pero no fueron esos los únicos males. En efecto, se desencadenó una crisis económica mundial –crisis del 29- de una profundidad sin precedentes que sacudió incluso los cimientos de las más sólidas economías capitalistas y que pareció que podría poner fin a la economía mundial global, cuya creación había sido un logro del capitalismo liberal del siglo XIX. Incluso los Estados Unidos, que no habían sido afectados por la guerra y la revolución, parecían al borde del colapso. Mientras la economía se tambaleaba, las instituciones de la democracia liberal desaparecieron prácticamente entre 1917 y 1942, excepto en una pequeña franja de Europa y en algunas partes de América del Norte y de Australasia, como consecuencia del avance del fascismo y de sus movimientos y regímenes autoritarios satélites. Sólo la alianza —insólita y temporal— del capitalismo liberal y el comunismo para hacer frente a ese desafío permitió salvar la democracia. Desde una multiplicidad de puntos de vista, este período de alianza entre el capitalismo y el comunismo contra el fascismo —fundamentalmente las décadas de 1930 y 1940— es el momento decisivo en la historia del siglo XX. En muchos sentidos es un proceso paradójico, pues durante la mayor parte del siglo —excepto en el breve período de antifascismo— las relaciones entre el capitalismo y el comunismo se caracterizaron por un antagonismo irreconciliable.

Primera guerra mundial
(1914-1918)

«Las lámparas se apagan en toda Europa —dijo Edward Grey, ministro de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña, mientras contemplaba las luces de Whitehall durante la noche en que Gran Bretaña y Alemania entraron en guerra en 1914—. No volveremos a verlas encendidas antes de morir.»

Entre 1871 y 1914 no hubo ningún conflicto en Europa en el que los ejércitos de las grandes potencias atravesaran una frontera enemiga, aunque en el Extremo Oriente Japón se enfrentó con Rusia, a la que venció, en 1904-1905, en una guerra que aceleró el estallido de la revolución rusa. Anteriormente, nunca se había producido una guerra mundial. Todo cambió en 1914. En la primera guerra mundial participaron todas las grandes potencias –Gran Bretaña, Francia, Rusia, Alemania, Italia, Austria-Hungría- y todos los estados europeos excepto España, los Países Bajos, los tres países escandinavos y Suiza. Además, diversos países de ultramar enviaron tropas, en muchos casos por primera vez, a luchar fuera de su región. Así, los canadienses lucharon en Francia, los australianos y neozelandeses forjaron su conciencia nacional en una península del Egeo. y, lo que es aún más importante, los Estados Unidos desatendieron la advertencia de George Washington de no dejarse involucrar en «los problemas europeos» y trasladaron sus ejércitos a Europa, condicionando con esa decisión la trayectoria histórica del siglo XX.
Comenzó como una guerra esencialmente europea entre la Triple Alianza, constituida por Francia, Gran Bretaña y Rusia, y las llamadas «potencias centrales» (Alemania y Austria-Hungría). Serbia y Bélgica se incorporaron inmediatamente al conflicto como consecuencia del ataque austríaco contra la primera (que, de hecho, desencadenó el inicio de las hostilidades) y del ataque alemán contra la segunda (que era parte de la estrategia de guerra alemana). Turquía y Bulgaria se alinearon poco después junto a las potencias centrales, mientras que en el otro bando la Triple Alianza dejó paso gradualmente a una gran coalición. Los Estados Unidos entraron en la guerra en 1917 y su intervención iba a resultar decisiva a favor de la triple Alianza.
La superioridad del ejército alemán como fuerza militar podía haber sido decisiva - alcanzó la victoria total en el este, sumergiendo a Rusia en una profunda crisis que la llevaría a la revolución de 1917 - si los aliados no hubieran podido contar a partir del mismo año con los recursos prácticamente ilimitados de los Estados Unidos.
Cuando los aliados comenzaron a avanzar en el verano de 1918, la conclusión de la guerra fue sólo cuestión de unas pocas semanas. Las potencias centrales no sólo admitieron la derrota sino que se derrumbaron.
¿Por qué, pues, las principales potencias de ambos bandos consideraron la primera guerra mundial como un conflicto en el que sólo se podía contemplar la victoria o la derrota total? La razón es que, a diferencia de otras guerras anteriores, impulsadas por motivos limitados y concretos, la primera guerra mundial perseguía objetivos ilimitados. En la era imperialista, se había producido la fusión de la política y la economía. La rivalidad política internacional se establecía en función del crecimiento y la competitividad de la economía, pero el rasgo característico era precisamente que no tenía límites. Era el todo o nada. En la década de 1900, cénit de la era imperial e imperialista, estaban todavía intactas tanto la aspiración alemana de convertirse en la primera potencia mundial («el espíritu alemán regenerará el mundo», se afirmaba) como la resistencia de Gran Bretaña y Francia, que seguían siendo, sin duda, «grandes potencias» en un mundo eurocéntrico. Era un objetivo absurdo y destructivo que arruinó tanto a los vencedores como a los vencidos. Precipitó a los países derrotados en la revolución y a los vencedores en la bancarrota y en el agotamiento material.

Las condiciones de la paz impuesta por las principales potencias vencedoras sobrevivientes (los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia e Italia) y que suele denominarse, de manera imprecisa, tratado de Versalles (1919), consideró necesario controlar a Alemania, que, después de todo, había estado a punto de derrotar con sus solas fuerzas a toda la coalición aliada. Por razones obvias esta era —y no ha dejado de serlo desde entonces— la principal preocupación de Francia. En segundo lugar, había que reestructurar el mapa de Europa, tanto para debilitar a Alemania como para llenar los grandes espacios vacíos que habían dejado en Europa y en el Próximo Oriente la derrota y el hundimiento simultáneo de los imperios ruso, austrohúngaro y turco. Los principales aspirantes a esa herencia, al menos en Europa, eran una serie de movimientos nacionalistas que los vencedores apoyaron siempre que fueran antibolcheviques. Finalmente, las potencias vencedoras trataron de conseguir una paz que hiciera imposible una nueva guerra como la que acababa de devastar el mundo y cuyas consecuencias estaban sufriendo. El fracaso que cosecharon fue realmente estrepitoso, pues veinte años más tarde el mundo estaba nuevamente en guerra.
A Alemania se le impuso una paz con muy duras condiciones, justificadas con el argumento de que era la única responsable de la guerra y de todas sus consecuencias (la cláusula de la «culpabilidad de la guerra»), con el fin de mantener a ese país en una situación de permanente debilidad. El procedimiento utilizado para conseguir ese objetivo no fue tanto el de las amputaciones territoriales sino otras medidas. En efecto, se impidió a Alemania poseer una flota importante, se le prohibió contar con una fuerza aérea y se redujo su ejército de tierra a sólo 100.000 hombres; se le impusieron unas «reparaciones» (resarcimiento de los costos de guerra en que habían incurrido los vencedores) teóricamente infinitas; se ocupó militarmente una parte de la zona occidental del país; y se le privó de todas las colonias de ultramar.
En cuanto al mecanismo para impedir una nueva guerra mundial, era evidente que el consorcio de «grandes potencias» europeas, que antes de 1914 se suponía que debía garantizar ese objetivo, se había deshecho por completo. La alternativa, que el presidente norteamericano Wilson instó a los reticentes políticos europeos a aceptar era instaurar una «Sociedad de Naciones» (es decir, de estados independientes) de alcance universal que solucionara los problemas pacífica y democráticamente mediante una negociación realizada de forma pública. La Sociedad de Naciones se constituyó, pues, como parte del tratado de paz y fue un fracaso casi total, excepto como institución que servía para recopilar estadísticas. Es cierto, no obstante, que al principio resolvió alguna controversia de escasa importancia que no constituía un grave peligro para la paz del mundo. Pero la negativa de los Estados Unidos a integrarse en la Sociedad de Naciones vació de contenido real a dicha institución en un mundo que ya no era eurocéntrico y eurodetermindado. En definitiva, ningún tratado que no contara con el apoyo de ese país, que se había convertido en una de las primeras potencias mundiales, podía ser viable.

Dos grandes potencias europeas, y mundiales, Alemania y la Unión Soviética, fueron eliminadas temporalmente del escenario internacional y además se les negó su existencia como protagonistas independientes. En cuanto uno de esos dos países volviera a aparecer en escena quedaría en precario un tratado de paz que sólo tenía el apoyo de Gran Bretaña y Francia, pues Italia también se sentía descontenta. Las pocas posibilidades de paz que existían fueron torpedeadas por la negativa de las potencias vencedoras a permitir la rehabilitación de los vencidos –Alemania y la ex Rusia zarista, ahora URSS-

¿Impulsó la guerra el crecimiento económico? Al menos en un aspecto hay que contestar negativamente. La pérdida de recursos productivos fue enorme, por no mencionar la disminución de la población activa. En cambio, las guerras repercutieron favorablemente en la economía de los Estados Unidos, que en los dos conflictos mundiales alcanzó un extraordinario índice de crecimiento, especialmente en la segunda guerra mundial, en que creció en torno al 10 por 100 anual, el ritmo más rápido de su historia. Durante las dos guerras mundiales, los Estados Unidos se beneficiaron de su alejamiento del escenario de la lucha, de su condición de principal arsenal de sus aliados y de la capacidad de su economía para organizar la expansión de la producción más eficazmente que ninguna otra. Probablemente, el efecto económico más perdurable de ambas guerras mundiales fue que otorgó a la economía estadounidense una situación de predominio mundial durante todo el siglo xx corto. En 1914 era ya la principal economía industrial, pero no era aún la economía dominante. Las dos guerras mundiales alteraron esa situación al fortalecer esa economía y debilitar, de forma relativa o absoluta, a sus competidores europeos. Su nueva posición de acreedor frente a Europa -alrededor de 10.000 millones de dólares - le garantizaba una influencia decisiva en los asuntos mundiales. Las tesis norteamericanas para la reestructuración de las relaciones internacionales se concretaron en los famosos "14 puntos " de W. Wilson (1918) y en toda una serie de demandas presentadas a lo largo de la década del veinte.
Aunque América Latina no participó directamente en la primera conflagración mundial, si experimento sus repercusiones, tanto en la esfera económica como en la política y social.
El reacomodo del sistema capitalista se tradujo aquí en la consolidación de la expansión y penetración norteamericana. Entre 1914 y 1915 las hostilidades en Europa trajeron consigo una súbita desarticulación del comercio exterior latinoamericano. En los primeros momentos se produjo una contracción de las exportaciones, las cuales no lograron retomar su ritmo expansivo sino a partir de 1915-1916. La coyuntura favoreció también un rápido incremento de los precios y, paralelamente, ciertas dificultades con los abastecimientos –importaciones- debido a la orientación bélica de la economía europea y los efectos de la guerra submarina decretada por Alemania. Este conjunto de factores determinó una reorientación del comercio exterior de América Latina, tanto por el auge de la demanda norteamericana de materias primas, que en muchos países aceleró el desplazamiento de los intereses británicos, como por la interrupción del tráfico con Alemania y la febril actividad intermediaria de los armadores de E.U., quienes se valían de su condición de neutrales - hasta 1917 - para comercializar los excedentes latinoamericanos.
Como un subproducto de la transitoria desvinculación entre los clientes sudamericanos y sus proveedores tradicionales, el incipiente proceso de industrialización recibió un apreciable impulso en algunos países. Esto no condujo, por cierto, al desarrollo de un sistema industrial por el capital nacional, sino más bien a la proliferación de pequeños talleres y manufacturas, y a la ampliación de fábricas muchas veces propiedad de empresarios extranjeros. Más importancia tuvo el avance del comercio y las inversiones norteamericanas, que se apresuraron a llenar el vacío dejado por sus rivales, directamente involucrados en el conflicto europeo. La incontenible expansión de los capitales norteamericanos reafirmó en el transcurso de la década del veinte su hegemonía disputada en la América Central y el antiguo Caribe español, e incorporó definitivamente a su zona de influencia a los países sudamericanos.


Ejercicios

• Averigua las múltiples causas que provocaron la Primera guerra mundial

• Análisis de texto:

Catorce Puntos de Wilson

"1. Acuerdos de paz negociados abiertamente (...) La diplomacia procederá siempre (...) públicamente.
2. Libertad absoluta de navegación sobre los mares (...)
3. Supresión, hasta donde sea posible, de todas las barreras económicas (...)
4. Suficientes garantías recíprocas de que los armamentos nacionales serán reducidos al límite compatible con la seguridad interior del país.
5. Libre ajuste (...) de todas las reivindicaciones coloniales (...)
6. Evacuación de todos los territorios rusos (...) dándose a Rusia la oportunidad para su desarrollo
7. Bélgica (...) deberá ser evacuada y restaurada.
8. Todo el territorio francés deberá ser liberado (...) El daño hecho a Francia en 1871, en lo que se refiere a Alsacia-Lorena (...), deberá ser reparado.
9. Deberá efectuarse un reajuste de las fronteras de Italia, siguiendo las líneas de las nacionalidades claramente reconocibles.
10. A los pueblos de Austria-Hungría (...) deberá serles permitido, con la mayor premura, la posibilidad de un desarrollo autónomo.
11. Rumania, Serbia y Montenegro deberán ser evacuados (...) A Serbia se le concederá libre acceso al mar; determinar las relaciones mutuas de los diferentes estados de los Balcanes mediante principios de amistad y de acuerdo con criterios históricos de alianza y nacionalidad; y se debe garantizar la independencia política y económica y la integridad territorial de los diversos estados balcánicos.
12. A los territorios turcos del actual Imperio otomano se les garantizará plenamente la soberanía (...), pero las otras nacionalidades que viven actualmente bajo el régimen de este Imperio deben (...) disfrutar de una total seguridad de existencia y de poderse desarrollar sin obstáculos.
13. Deberá constituirse un Estado polaco independiente, que comprenda los territorios incontestablemente habitados por polacos, los cuales deberán tener asegurado el acceso al mar (...)
14. Deberá crearse una Sociedad general de las Naciones en virtud de acuerdos formales, que tenga por objeto ofrecer garantías recíprocas de independencia política y territorial tanto a los pequeños como a los grandes estados."
Discurso del presidente Wilson al Congreso de EE.UU.
8 de Enero de 1918

1) ¿Cuáles son los criterios económicos que postula Wilson?
2) ¿Qué aspectos de los tratados de paz en Versalles no encontramos en la propuesta de Wilson?
3) ¿Qué aspectos de la propuesta de Wilson no fueron tomadas en cuenta de acuerdo al repartido en los tratados?
4) ¿Cuáles son los criterios para delimitar las fronteras?




Bibliografía

Síntesis de “Historia del siglo XX” de Eric Hobsbawm

Materiales 5to y 6to. REGLAMENTO DE EVALUACIÓN Y PASAJE DE GRADO.

CAPITULO IX
DE LAS INASISTENCIAS A CLASES E INHIBICIONES

Artículo 28
Los estudiantes reglamentados de 1º de Bachillerato tienen la obligación de asistir a todas las
clases de todas las asignaturas, excepto a aquellas que ya tuvieran aprobadas mediante
promoción, exámenes reglamentados o libres y/o reválidas y en las que hubieran sido
exonerados por Artículos 31 y 33. La inasistencia a una clase determinará el cómputo de una
falta, no acumulándose las que correspondan a un mismo día.
Los estudiantes que recursan, asisten y registran asistencia por asignatura.
En todos los casos de inscripción por asignatura, para lograr la promoción no se podrá
superar 1/6 de las inasistencias fictas. Esa fracción se determinará en base al total de
clases teóricas y prácticas que debieron dictarse en cada asignatura.

Artículo 29
En 2º y 3º de Bachillerato, la inasistencia a una hora de clase determinará, únicamente, el
cómputo de una falta en esa asignatura. El estudiante que supere el límite de
inasistencias establecido en los Artículos 28 y 51 deberá rendir los exámenes en carácter
libre. En este caso, perderá la categoría que le hubiere correspondido.


CAPÍTULO X
NORMAS DE EVALUACIÓN APLICABLES A LOS ESTUDIANTES REGLAMENTADOS

Artículo 41
La evaluación se realizará de acuerdo con los objetivos previstos en cada asignatura y actividad,
en forma sistemática y permanente, en base a tareas, actividades y ejercitaciones orales,
escritas y de creación, trabajos de investigación, pruebas de laboratorio, así como trabajos de
equipo y domiciliarios, sin perjuicio de las evaluaciones con carácter general que la Autoridad
pueda establecer.
Las Evaluaciones Especiales podrán realizarse a través de ensayos, informes, monografías,
investigaciones y otras modalidades que permitan la incorporación de diversas técnicas e
instrumentos de trabajo, contemplando enfoques transversales.

Artículo 46
Las evaluaciones especiales, de carácter obligatorio, deberán realizarse en el período
de 30 días comprendido entre los quince días previos a las vacaciones de julio y los
quince días posteriores a ellas, fijándose las mismas en forma flexible y
contextualizada por cada Liceo. La segunda instancia de evaluaciones especiales
tendrá lugar en los quince días previos a la finalización de los cursos.

Artículo 48
La actuación del estudiante durante el curso se calificará según la escala de 1 a 12, en la
cual los niveles 1, 2, 3, 4 y 5 denotan diversos grados de insuficiencia.
Según el criterio de gradualidad en la exigencia académica, los valores mínimos de la
promoción serán:
· 6 o superior para 1er. año y para asignaturas del Núcleo
Común de 2° y 3°
· 7 o superior para asignaturas específicas de 2° año, y
· 8 o superior para asignaturas específicas de 3° año.
Para las instancias de exámenes, en los tres cursos de Bachillerato, la calificación 5
marcará la suficiencia mínima para la aprobación.No serán aprobados los exámenes que
consten de dos pruebas cuando una de ellas tenga calificación 1 o 2.

Artículo 49
La calificación final en cada asignatura será el resultado de todo el proceso de aprendizaje
desarrollado por el estudiante durante el curso.
Las calificaciones de las Evaluaciones Especiales se integrarán a la evaluación del
proceso.

CAPÍTULO XI
NORMAS PARA EL PASAJE DE GRADO

Artículo 50
Al finalizar los cursos y evaluada la actuación de los alumnos en cada asignatura, se
determinarán las siguientes categorías:

ASIGNATURAS de 1º de BACHILLERATO y ASIGNATURAS de NÚCLEO COMÚN DE 2º y 3º
A- Calificación final 6 o superior, promoción
B- Calificación final 5.
C- Calificación final 3 o 4 .
D- Calificación final 1 o 2.

ASIGNATURAS ESPECÍFICAS de 2º de BACHILLERATO
A- Calificación final de promoción: 7 o superior,
B- Calificación final 6.
C- Calificación final 3, 4 y 5.
D- Calificación final 1 o 2.

ASIGNATURAS ESPECÍFICAS de 3º de BACHILLERATO
A- Calificación final de promoción: 8 o superior
B- Calificación final 7.
C- Calificación final 4, 5 y 6.
D- Calificación final 1, 2 y 3

La categoría A habilita a la promoción.
La categoría B habilita a examen de una prueba complementaria a partir del período
noviembre-diciembre. (Artículo 58).
La categoría C habilita a examen de dos pruebas a partir del período noviembrediciembre.
La categoría D habilita a examen de dos pruebas a partir del período de febrero.
La reglamentación se mantiene hasta el fin del año lectivo siguiente - período febrero
(Circular 2845). Posteriormente el examen pasará a carácter libre.

Artículo 51
En 1º de Bachillerato serán promovidos en el curso en la Tercera Reunión de Profesores
los estudiantes que se encuentran en alguna de las siguientes situaciones:

En 2º y 3º serán promovidos en cada asignatura en la Segunda Reunión de Profesores los
estudiantes cuyas inasistencias fictas no superen 1/6 de las clases teóricas ni de las clases
prácticas y hayan obtenido Categoría A - calificación final de aprobación .

CAPITULO XII
DE LOS EXÁMENES REGLAMENTADOS

Articulo 57
Los exámenes reglamentados deberán ser rendidos en el centro educativo al que asisten los estudiantes
o en el que determine el Consejo de Educación Secundaria.
La reglamentación y categorías se mantienen durante los períodos: noviembrediciembre,
febrero, julio, noviembre-diciembre y febrero, todos ellos consecutivos.
(Circular 2845)
Las Direcciones Liceales deberán garantizar que el estudiante tenga la oportunidad de rendir
con anterioridad, en cada período, la asignatura correlativa pendiente.
Ningún estudiante podrá rendir examen dos veces de la misma asignatura y curso en un mismo
período.
El Consejo de Educación Secundaria podrá establecer un período extraordinario en abril.

Artículo 58
El tipo de examen que corresponde a la Categoría B consiste en una prueba complementaria,
exclusivamente de aquellos contenidos del curso en los que se manifestó insuficiencia. Este se
realizará a partir del período noviembre – diciembre. Dicha prueba será, preferentemente, un
oral de no más de quince minutos de duración o en su defecto lo que la Inspección de la
Asignatura determine. En 2º y 3° podrá extenderse según la característica de la prueba (teórico,
práctico, gráfico, etc), hasta un máximo de 60 minutos según pautas que indique la Inspección
respectiva.
En las pruebas orales el Tribunal deberá dejar registrado los contenidos o preguntas
planteados a cada alumno, así como la valoración que adjudica a las respuestas. Este
documento, firmado por los integrantes del Tribunal, se archivará con los trabajos
escritos del examen y será el elemento de prueba ante cualquier reclamación.

Materiales 6to Programa

PROPUESTA PROGRAMÁTICA DE HISTORIA
Tercer año de Bachillerato – Reformulación 2006

Opción Social humanística

El siglo XX y los albores del XXI

Unidad 1.- Guerra y revolución (1914-1945).

*Repercusiones de la primera Guerra Mundial en América.
*El impacto de la revolución bolchevique.
*La crisis de 1929 vista desde América mestiza: comercio exterior y crisis socio-política.
*Japón: de la restauración Meiji al militarismo.
*Los regímenes totalitarios: características generales.
*La incidencia de la Segunda Guerra Mundial en América.
*China: del “celeste imperio” a la revolución social.

Unidad 2.- Uruguay en la primera mitad del Siglo XX.

*El Uruguay del 900 (cambios demográficos, sociales y culturales; las guerras civiles, el proceso hacia la democracia).
*El período batllista: contexto nacional e internacional, matriz ideológica, propuestas, bloqueos y resistencias.
*Repercusiones de la crisis de 1929: continuidades y rupturas en la década del '30.
*Auge, consolidación y crisis del Estado Benefactor.

Unidad 3.- América en el mundo de postguerra (1945-1989).

*El papel de EEUU en el mundo bipolar.
*Los movimientos populistas: concepto y características.
*La crisis de los proyectos industrializadores y la búsqueda de alternativas (la vía revolucionaria o el desarrollismo)
*Dictaduras militares, Doctrina de la Seguridad Nacional y afirmación del Neoliberalismo.
*Las transiciones hacia los modelos democráticos. Desafíos.
*Expresiones culturales y artística

Unidad 4.- Uruguay: crisis, autoritarismo y recuperación democrática (1958- al presente).

*El triunfo nacionalista y su nuevo modelo económico.
*El plan CIDE: diagnóstico y propuestas no concretadas.
*Crisis socio-política y confrontación ideológica. La incidencia de los movimientos armados.
*Los diferentes actores sociales ante la crisis.
*Las nuevas modalidades del discurso político.
*El golpe de Estado de 1973 y las diferentes miradas historiográficas.
*La dictadura cívico-militar, la vida cotidiana y los miedos.
*El plebiscito de 1980, la crisis económica y la transición hacia la democracia.
*La transición a la democracia: concertación programática, acuerdo del Club Naval, la Ley de Caducidad.
*La situación de los Derechos Humanos.
*La situación económica y social al finalizar el siglo.
*La integración regional: el desafío del MERCOSUR.
*De la crisis de 2002 a la actualidad.
*Los temas pendientes.

Unidad 5.- El mundo actual y su proyección sobre América y Uruguay (de 1989 al presente).

*Hacia un nuevo orden político internacional: viejos y nuevos conflictos (Asia, los Balcanes y Africa), la “guerra contra el terrorismo”.
*Los principales centros de poder político, económico y cultural del mundo.
*Desarrollo científico-tecnológico: la revolución digital y la sociedad de la información; avances en la genética y la biotecnología.
*La globalización: posibles miradas sobre la región.
*Los nuevos movimientos sociales en el marco de las grandes transformaciones mundiales.
*Los Derechos Humanos: concepto y complejidad. Los avances en la concientización; desafíos actuales.
*Otros desafíos: los recursos naturales y las fuentes de energía; desempleo, pobreza y migraciones.

Materiales 5to Programa

PROPUESTA PROGRAMÁTICA DE HISTORIA
Segundo año de Bachillerato – Reformulación 2006

Modernidad y revolución- siglos XVII al XIX

A) PRIMERA PARTE
EL CICLO DE LAS REVOLUCIONES

Unidad introductoria

*Características generales de la Europa Moderna.
*El Antiguo Régimen
*Evolución del sistema capitalista
*Los cambios en el pensamiento

Unidad 1
El ciclo revolucionario.

*Concepto, componentes político-sociales y económicos
*La revolución Gloriosa y el nacimiento de la monarquía parlamentaria
*Revolución de las colonias inglesas y la construcción del sistema republicano y federal
*Revolución Francesa: características generales del proceso y su trascendencia
*Los Derechos Humanos de primera generación
*De la Europa napoleónica al Congreso de Viena

Unidad 2
Las revoluciones hispanoamericanas.

*Antecedentes: el orden colonial y su crisis
*Características generales de los procesos revolucionarios: escenarios y protagonistas
*Rupturas y permanencias
*Principales proyectos

Unidad 3
La Revolución en el Río de la Plata.

*El pasado colonial y su crisis
*La Revolución de Mayo: contradicciones que la originan. Características generales del proceso revolucionario
*Diferentes maneras de concebir la revolución: el centralismo porteño y el proyecto artiguista
*El “sistema de los pueblos libres” y la organización de la Provincia Oriental
*Factores que explican la derrota del artiguismo
*Artigas y el artiguismo a través de la historiografía; la construcción del “mito”
*Características de la dominación luso-brasileña

B)SEGUNDA PARTE
LA HEGEMONIA EUROPEA Y LIBERAL. SU CRÍTICA

Unidad 4
De la restauración a la hegemonía europea

*Evolución del liberalismo y de los nacionalismos.
*El movimiento romántico y sus manifestaciones
*Del capitalismo industrial al capitalismo financiero y monopólico. El triunfo del individualismo.
*La sociedad industrial y sus tensiones: cambios demográficos, la cuestión obrera, cambios en la vida cotidiana y privada.
*Nuevas corrientes ideológicas: socialismos, anarquismo y doctrina social de la Iglesia.
*Las luchas por los derechos económicos, sociales y políticos
*La expansión imperialista y sus consecuencias.
*Cambios políticos y culturales hacia fines del siglo XIX: espacio público y vida privada

Unidad 5
Los cimientos de Estados Unidos como potencia.

*La republica federal y sus instituciones; los partidos políticos
*Expansión hacia el oeste, Guerra de Secesión y triunfo del proyecto unionista.
*Desarrollo económico e imperialismo.

Unidad 6
La América Mestiza.

*El Estado en América mestiza: territorios, sociedades, poderes, símbolos
*Modalidades de integración al mercado mundial. El modelo agroexportador, los avances del inversionismo británico.
*Los conflictos regionales: la Guerra del Paraguay
*Cambios sociales: aportes de las corrientes migratorias, la urbanización, la condición del indio, los procesos abolicionistas.
*El desarrollo cultura, cambios en las mentalidades y en la vida cotidiana

Unidad 7
La conformación del Uruguay en el marco regional.

*De la Cruzada Libertadora a la Constitución de 1830: “La independencia del Estado Oriental como problema”
*Constitución de 1830 y la realidad del país comercial, pastoril y caudillesco.
*Los conflictos no resueltos (económicos, étnicos, políticos y sociales)
*Viabilidad del Estado uruguayo y la cuestión nacional.: La Guerra Grande como conflicto regional y sus consecuencias.
*El proceso de Modernización en el Uruguay hasta la crisis de 1890
*Primeras inversiones extranjeras y las crisis bancarias.
*Bases sociales, ideológicas, políticas, económicas, técnicas y culturales del proceso modernizador
*Vida cotidiana: los cambios en la “sensibilidad”

Materiales 5 to - Unidad Introductoria: Características generales de la Europa Moderna

Ficha 1

Unidad Introductoria: Características generales de la Europa Moderna

• La modernidad
• Aspectos socio económicos
• El Renacimiento
• El absolutismo
• La Ilustración


Advertencia: Los temas expuestos en la presente ficha no pretenden construir una visión homogénea sobre la realidad europea entre los siglos XV y XVIII. Muy por el contrario. Cada región, cada país, impuso sus rasgos particulares de acuerdo con las circunstancias. Sin embargo, teniendo presente la multiplicidad de escenarios, resulta válido esbozar una tendencia, sostenible en el tiempo, que marcará el final de una etapa y el comienzo de otra.

La modernidad

De acuerdo a la historiografía occidental, la Edad Moderna es un periodo de 336 años comprendido entre dos grandes hitos; el primero, que pone fin a la Edad Media, es la caída de Constantinopla a manos de los turcos, en 1453, y el segundo, la Revolución Francesa, iniciada en 1789, que marca el comienzo de la Edad Contemporánea.
A partir del siglo XVI, la historiografía occidental subdividió la historia en tres épocas: antigua, medieval y moderna. Esta última fue vinculada al concepto de modernidad para distinguirla de la etapa inmediatamente anterior, designada como “media” por los intelectuales del Renacimiento, quienes consideraban al tiempo transcurrido entre el siglo V y el XIV como un período oscuro “mediando” entre la Antigüedad clásica y la nueva y promisoria época que retomaba el camino de las artes y la ciencia, perdido con la caída del imperio romano.
La modernidad se identifica con el tiempo nuevo, orientado hacia formas de vida distintas, hacia la construcción de un nuevo futuro, alentado por los tres grandes acontecimientos -el descubrimiento del Nuevo Mundo, el Renacimiento y la Reforma protestante- que revolucionaron la conciencia europea en el siglo XVI y significaron un radical rompimiento con el pasado medieval. Así, no obstante lo inconsistente y efímero del término “moderno”, que en estricto sentido se refiera a lo más reciente, la historia continúa respetando aquella división arbitraria, aunque el período entre 1453 y 1789 ya no constituye el pasado reciente y no obstante saber ahora que las Edad Media no fue en realidad una etapa oscura en la historia de la humanidad como la percibieron los renacentistas.


A) Aspectos socio económicos

La población
El ritmo demográfico durante todo el período posee alzas y regresiones. Entre el siglo XV y XVIII la población aumenta y disminuye debido a enfermedades, escasa alimentación y guerras.

La economía
Hasta el siglo XVIII la agricultura representa la principal fuente de producción económica de todos los países de Europa. Con bajos rendimientos y una lenta evolución de las técnicas agropecuarias, la producción apunta al autoconsumo. La industria, que es principalmente textil, comienza a tener un ascenso muy lento.

Desde el punto de vista del intercambio el siglo XV presentó una expansión mercantil debido al desarrollo del comercio continental y especialmente de ultramar entre Europa y el “Nuevo Continente”. Surge así el capitalismo comercial con un mercado a escala mundial.
Capitalismo: Sistema económico caracterizado por el predominio del capital en toda la vida económica y la propiedad privada de ese capital.
Capital: Conjunto de recursos reproducibles cuyo empleo permite, por medio de la producción, aumentar la productividad del trabajo humano, siendo una fuente de ingresos para su propietario.
Capitalismo comercial: Sistema en que la gestión y los beneficios de la producción están en manos de los comerciantes capitalistas.


La sociedad
En el siglo XVI se acelera el movimiento de la población del campo hacia las ciudades –burgos- en busca de mejores condiciones de vida. Gran desarrollo de la vida urbana. En estas ciudades, los hombres de negocios, los burgueses –habitantes de los burgos-, compran, venden, prestan dinero, fundan bancos, controlan la producción artesanal.

Persistencia de la estructura jerarquizada de la sociedad: Vigencia de una sociedad dividida en estamentos u órdenes, integrados por personas que pertenecerían a un grupo determinado, ya fuera por nacimiento, funciones o por privilegios adquiridos. Ellos son:

Nobleza –los que combaten
Clero – los que rezan
Tercer estado: campesinos y burgueses- Son los que trabajan y pagan impuestos.

A pesar de ser difícil y escasa la movilidad de un grupo a otro, la riqueza acumulada por la burguesía actuó como factor de ascenso social.

B)El Renacimiento: umbral de la modernidad

Durante la Edad Media, la Iglesia Católica había basado su autoridad en la idea de la supremacía de la vida eterna sobre el mundo terrenal, según la cual el individuo humano carecía de valor en sí mismo, bajo el argumento de que su existencia sólo tendría sentido en una vida futura después de la muerte y en el seno de Dios.
A partir del siglo XIII, con el desarrollo de las sociedades urbanas y la progresiva apertura de las vías de comunicación, la realidad cotidiana fue alejando cada vez más a la sociedad europea de aquellas ideas, sostenidas y manipuladas por la jerarquía eclesiástica. El individuo nuevo de las ciudades empezó a rescatar el papel de la vida terrena, a medida que se transformaba su entorno gracias al intenso tráfico comercial. Mientras que la sociedad feudal creía vivir en un mundo sin movimiento, donde la realidad física y material era considerada mero reflejo del mundo perfecto de Dios, la nueva sociedad urbana comenzó interpretar el ambiente que él le rodeaba como una realidad concreta en constante transformación.
De manera semejante, se transformó la concepción sobre el poder político; la nueva realidad demostraba que ésta ya no era atributo exclusivo de la nobleza feudal por derechos de herencia, sino que podía adquirirse con el poder del dinero; al convertirse en un hombre adinerado, el burgués comerciante o artesano pudo aspirar al gobierno y llegaría con el tiempo a conseguirlo. Aquel proceso de cambio de una sociedad feudal rígidamente jerarquizada, a una sociedad urbana mucho más dinámica, permitió que el mundo occidental experimentara profundas transformaciones y surgiera en consecuencia una nueva forma de pensar que se aventuraba con gran interés por los caminos antes prohibidos del conocimiento.
De este modo, la nueva percepción de la realidad material tangible, tan de acuerdo con el nuevo espíritu burgués, impulsó el desarrollo de la ciencia, del arte y del pensamiento filosófico, en una vuelta al pasado que retomaba los modelos de la Antigüedad clásica –Grecia y Roma-, para reiniciar la evolución intelectual y artística interrumpida durante la vigencia del orden medieval. Es por ello que se designa con el nombre de Renacimiento a la etapa que dio comienzo a la Edad Moderna en el mundo occidental.
El Renacimiento es un periodo comprendido entre el siglo XV y XVI, durante el cual ocurrieron profundas transformaciones de la vida intelectual, artística y literaria de Europa, sobre todo en Italia –Florencia y Roma-, donde se inició este fenómeno histórico y tuvo su más importante desarrollo. No es casualidad, si se tiene en cuenta la presencia en estas ciudades de una burguesía con mentalidad mercantil, urbana y laica. Por eso, aunque suele aplicarse el mismo término para abarcar todos los aspectos del mundo occidental durante esa época, en realidad el Renacimiento fue un hecho fundamentalmente cultural, por momentos laico, relativo a las manifestaciones artísticas y literarias de la época. Sin embargo, tales actividades culturales no deben desvincularse de los restos de los aspectos de la vida social, pues el surgir del Renacimiento estuvo estrechamente relacionado con las transformaciones políticas y económicas y sociales experimentadas por las ciudades italianas desde comienzos del siglo XIV, e incluso pudiera considerarse como resultado de tales transformaciones. Del énfasis medieval en el interés por el mundo espiritual y las doctrinas religiosas, se pasó al interés por los seres humanos, su naturaleza y sus acciones. En contraste con las ideas medievales, los intelectuales y artistas renacentistas consideraban a los seres humanos como parte de un ambiente físico reconocible concreto; exaltaron tanto la belleza de la figura humana como la capacidad intelectual –actitud crítica y racional- para descubrir las verdades del mundo real.

Características del Renacimiento

Restablecimiento de temas y formas de la antigüedad. El Renacimiento construyó un intento por restablecer los elementos de la cultura griega y romana, pero no en el sentido de copiar lo modelos antiguos. Los literatos y artistas del Renacimiento no pretendieron una imitación directa de los objetos del pasado pues aparte de que en muchos casos hubiera sido imposible por el desconocimiento de los modelos originales, el cristianismo había dejado una profunda huella en la conciencia de los europeos herederos del mundo medieval como para revivir íntegramente el pasado grecorromano.
A pesar de su tendencia hacia la terrenal y mundano, la cultura renacentista no significó un severo y repentino rompimiento con el pasado inmediato, y mucho menos con un movimiento antirreligioso que pusiera en duda las creencias cristianas. Por el contrario, se desarrolló en un contexto cristiano e inclusive piadoso. Puede decirse que parte del interés en revivir la civilización clásica surgió del deseo de entender mejor los principios cristianos en los primeros tiempos.
Individualismo. Una faceta importante del espíritu renacentista, que distingue a éste notoriamente del espíritu medieval, fue el individualismo. Durante la edad media persistía la idea, alimentada por el clero católico, de que el individualismo debía refrenarse para evitar el peligro de caer en un pecado de egoísmo y orgullo. Por ello, en la práctica, la cristiandad medieval tendía a ser colectivista. Los artistas y escritores no solían firmar sus obras, porque al realizar éstas no lo hacían por prestigio personal, sino por contribuir a la mayor gloria de Dios. En cambio, el Renacimiento muestra un marcado individualismo en el que los artistas, muchos de ellos arrogantes y jactancioso, buscaban gloria y fama personales a través de sus obras
La figura humana como medida de todas las cosas. Se considera el Renacimiento como el más fuerte intento de observar el mundo desde una escala humana, de una manera incluso más acentuada que en la época antigua. La figura humana se sitúa el centro de la creación y se supone que todo en la naturaleza está hecho a su medida y puede ser sometido a la voluntad de los hombres. El hombre está en el centro la naturaleza y en la obra más perfecta de la misma.
En el ámbito del conocimiento, es precisamente en la etapa del Renacimiento cuando surge y se desarrolla la ciencia. Fue en la Edad Moderna cuando se produjo el cambio de mentalidad y dejó de entenderse el universo como algo cerrado, según la perspectiva medieval, para abrirse a la concepción del universo como algo infinito, como un espacio sin límites y en constante movimiento. De este modo, ya no se ven con buenos ojos el apego a la sabiduría del pasado, en buena parte caracterizada por preocupaciones éticos-religiosas
Sin olvidar, por supuesto, todos los aspectos —políticos, sociales, intelectuales, ideológicos y religiosos— implícitos en las transformaciones del mundo europeo entre los siglos XV y XVI, se puede considerar la actividad mercantil como factor o causa principal en el proceso de desarrollo de la ciencia moderna. El desarrollo del comercio condujo al hombre renacentista a la conclusión de que las ideas científicas sostenidas hasta entonces como verdades irrefutables ya no respondían a las demandas exigidas por la nueva realidad económica, ni coincidían con ella.

La observación directa de la naturaleza, dejando de lado los postulados tradicionales, el estudio de los tratados grecolatinos y el gran interés que despertó la mecánica en la construcción de instrumentos capaces de resolver problemas prácticos estimularon el desarrollo de la tecnología basada en la experimentación. Se llegaba así a conformar una nueva imagen del universo: el heliocentrismo, que reemplazaba a la obsoleta visión del geocentrismo. Entre los personajes más destacados tenemos al polaco Copérnico, el alemán Kepler o el italiano Galileo Galilei, todos ellos especialistas en la Física, Astronomía y Matemática.

Ejercicios:

• Subraya las palabras que no entiendas y búscalas en el diccionario.
• Realiza un cuadro comparativo entre La Edad Media y la Época Moderna. Ubica en cada columna las características principales de acuerdo al repartido.

• Análisis de textos

La peste negra

“Y digo, pues, llegando el año de mil cuatrocientos cuarenta y ocho cuando en la ciudad de Florencia, bellísima entre todas las de Italia, sobrevino una mortífera peste. La cual, bien por obra de los cuerpos superiores, o por nuestros malos actos, fue en virtud de la justa ira de Dios, enviada los mortales para corregirlos”
Giovanni Boccaccio, 1348

El Príncipe

“No se me oculta que muchos creyeron y creen que la fortuna, o dígase la Providencia, gobierna de tal modo las cosas del mundo, que a los hombre no le es posible, con su prudencia, dominar lo que tienen de adverso esas cosas, y hasta que no existe remedio alguno para cambiarlas. (…) Sin embargo, como nuestro libre albedrío no queda completamente desvanecido, estimó que la fortuna es árbitro de la mitad de muchas acciones, pero también que nos deja gobernar la otra mitad, o, al menos, una buena parte de ella”.
Por tal motivo, “el príncipe que no se apoya más que en la fortuna cae según que ella varía”. En cambio, “si supiese cambiar de naturaleza con las circunstancias y con los tiempos no se le mostraría cambiante la fortuna. (…) Por ende, es necesario que un príncipe que desee mantenerse en su reino, aprenda a no ser bueno en ciertos casos, y a servirse o no servirse de su bondad, según que las circunstancias lo exijan.

Nicolás Maquiavelo, 1513

1) Averigua el concepto de teocentrismo. ¿Cómo puedes aplicarlo al primer texto?
2) Busca información sobre Maquiavelo y su teoría –máximo una carilla-
3) De acuerdo al fragmento de la obra “El Príncipe”, menciona algunos de los aspectos en los que se reflejan las características de la nueva mentalidad renacentista.
4) ¿Qué diferencias encuentras entre ambos textos?

C)El Estado absoluto

El absolutismo, como sistema político de gobierno y organización estatal, aparecería geográficamente en Europa a partir de los siglos XV-XVI y llegaría, de manera general, hasta finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Se caracteriza por ser una respuesta a la fragmentación y policentrismo del poder político medieval, sustentado por fuertes monarquías territoriales que someten y aglutinan en su entorno a la antigua organización feudal de la Edad Media. En sus antecedentes inmediatos, durante la baja edad media, siglos XIV y XV, se asiste a un proceso de reducción de la poliarquía medieval y a una concentración del poder en manos de los príncipes. Las tradicionales relaciones de vasallaje y servidumbre que habían sido características del poder feudal van dejando paso a otro tipo de relaciones, las de monarca-súbdito, unificándose así un tipo de relación que tradicionalmente había sido más heterogénea. La guerra fue, durante este proceso de construcción y consolidación del Estado absoluto, una institución que envolvería a la población en un sentimiento de identidad patriota. El recurso a la guerra, frecuente durante estos siglos, pasaría de ser una guerra entre reyes a ser una guerra entre naciones.
En este proceso, los príncipes centralizan bajo un modelo burocrático todo una serie de poderes que hasta el momento habían estado en mano de distintos señores feudales: ejército, justicia, policía, administración financiera, etcétera. La nobleza se constituye en el grupo social relevante, tanto por su peso en el ejército como por su peso político, participando, tras las primeras guerras por el liderazgo, en la consolidación del nuevo poder regio unificador y centralizado. Los monarcas consiguen paulatinamente monopolizar la emisión de monedas y la mayor parte de los impuestos.
El poder legitimador de los de Reyes, príncipes en el lenguaje de la época, se fundamentan en el iusnaturalismo, es decir, en una mezcla de explicación teológica y natural: se era rey tanto por poder divino –otorgado por Dios- como por la propia naturaleza de las cosas. Dos de los teóricos más importante que justificaron la supuesta supremacía de los reyes en ese proceso de construcción y justificación del estado absoluto fueron Hobbes y Bossuet.
El Estado absoluto, personificado por un monarca legitimado por el derecho divino, defendió el derecho de los príncipes a concentrar en ellos mismos el poder supremo de la comunidad, monopolizar el recurso al derecho y organizar la vida militar, económica e incluso religiosa de sus respectivos reinos. Los opositores consideraran al poder absoluto arbitrario e ilimitado.
Los importantes cambios económicos que se suceden con la expansión del comercio y con el descubrimiento de nuevas tierras en ultramar, facilitaron, también, la consolidación de este tipo de Estado. El ejército permanente y unificado tiende a sustituir a los mercenarios. El Estado, concentrando el monopolio de la fuerza, se convierte en un instrumento útil de aquel capitalismo embrionario, inicialmente mercantilista y financiero, en un proceso de acumulación. Los monarcas se ven en la necesidad de proteger la economía de sus reinos para competir con los restantes. Con frecuencia se ha visto el absolutismo como resultado un equilibrio entre las clases dominantes, aristocracia feudal y burguesía mercantilista. En cualquier caso, manifiesten el inicio de un ligero protagonismo de la burguesía en la esfera política que desencadenaría, aún así, siglos más tarde, al estar marginados de los centros de decisión política, un proceso revolucionario que acabaría con el Estado absolutista.
De todos los modelos aplicados en Europa, la Francia de Luis XIV logró instaurar el sistema más completo de Estado absoluto en el siglo XVII. Se lo conocía como el “Rey Sol”. Él mismo decía: L´État, c`est moi (El Estado soy yo)


Ejercicios:

• Subraya las palabras que no entiendas y búscalas en el diccionario.
• Establece un cuadro comparativo entre la organización política medieval y el Estado absoluto
• Busca información sobre Hobbes y su teoría –máximo una carilla-


D)La Ilustración

En la historia de Occidente, se conoce como “Ilustración” el movimiento filosófico que se originó y desarrollo en Europa –particularmente Francia- durante el siglo XVIII. Los “iluminados” marcaron una diferencia entre las “tinieblas” del pensamiento europeo que les precedió -Antiguo Régimen- y las “luces” de las nuevas ideas. El siglo XVIII es conocido, por este motivo, como el Siglo de las Luces.
Antecedentes: El referente histórico más reciente de la Ilustración es el pensamiento renacentista, basada en la confianza en la capacidad humana y en sus posibilidades de progreso; pero, a diferencia de los intelectuales del Renacimiento, los filósofos ilustrados no recurrieron al estudio de los clásicos de la Antigüedad, sino que ante todo se basaron en las “luces de la razón” para explicar la realidad en que vivían.
De igual modo, los acontecimientos ocurridos durante el siglo XVII –la revolución científica, las transformaciones de la economía y el descubrimiento de otras tierras- cambiaron la forma de vida de los europeos y modificaron las ideas de los intelectuales acerca del mundo que les rodeaba no liberado completamente, hasta el momento, del peso de la tradición medieval.
Hacia 1680 comenzó a gestarse un movimiento de crítica racionalista, impulsado por los científicos y filósofos empiristas que rechazaban los dogmas tradicionales -la ignorancia, la superstición y la tiranía- para buscar la verdad mediante el método experimental. La “duda metódica” cartesiana es un claro ejemplo de esta posición que, en busca del conocimiento científico, cuestionaban las ideas que hasta entonces se habían tenido como verdades irrefutables. Además, las demostraciones de Newton en el ámbito de la física eran para la minoría intelectual pruebas contundentes de los errores contenidos en las antiguas creencias y teorías.

Características generales:

a) Se concibe al universo como una “gran máquina” regida por leyes de carácter natural. El hombre no debe contrariar sus leyes sino tratar de descubrirlas mediante la razón que, por supuesto, también se origina en la naturaleza.

b) Según la filosofía ilustrada, la razón con constituye el instrumento que debe servir de guía para investigar el funcionamiento de las leyes de la naturaleza, por consiguiente, lo racional es bueno mientras que todo aquello que no se fundamente en la razón puede conducir al error. Si el hombre quiere alcanzar el progreso, el único camino descubrir las leyes naturales y actuar de acuerdo con ellos, suprimiendo lo irracional.

c) La creencia la igualdad. Si todos los hombres proceden de la misma naturaleza y todos poseen la capacidad de razonar, entonces todos los hombres son iguales a la luz de la razón, y tienen iguales derechos naturales, que deben ser respetados.

d) La lucha por la libertad, tanto las cuestiones políticas como económicas, en las intelectuales y en las religiosas.

e) La defensa de la religión natural, llamada también deísmo, tuvo su fundamento en la idea filosófica de que Dios existe y creó el universo físico, pero no interfiere con él. Son las leyes de la naturaleza las que dirigen el orden de de todo cuanto existe en el universo. Sólo a través de la razón se podrá llegar a ellas. Bajo esta idea, niegan todo cuanto no se pueda comprobar a través la razón -milagros, profecías, revelaciones-. De este modo, todo conocimiento de la naturaleza y la obra de Dios se revela a los hombres exclusivamente por medio de la razón.

f) La defensa de una moral laica, es decir, independientemente de la religión, ya que según suponían los filósofos ilustrados, los hombres se rigen por normas morales no sólo porque Dios ordenó observarlas sino porque la razón exige el respeto a los derechos lo demás.

Pensadores

John Locke: Un inglés precursor del siglo XVII
“Al ser los hombres, como se ha dicho, libres por naturaleza, iguales independientes, nadie puede ser sacado de ese estado y sometido al poder político de otro sin su propio consentimiento, lo que se hace mediante acuerdo con otros hombres, a fin de unirse en una comunidad o gobierno para vivir cómodos, seguros y en paz los unos con los otros, en un sereno disfrute de sus propiedades -vida, libertad, posesiones- y protegidos contra cualquiera que no forme parte de ella. (…)
Por lo tanto, el grande y principal fin para que los hombres se unan en Estado y se sometan a gobiernos es la preservación de su propiedad, hecho para el que faltan muchas cosas en el estado de naturaleza (…) Y aquí tenemos el derecho y surgimiento original tanto el poder legislativo como el ejecutivo, así como el de los gobiernos las mismas sociedades (…) Nunca podría suponerse que la sociedad quiere que la legislatura tenga el poder de destruir lo que cada miembro quiso asegurarse al entrar en sociedad; eso sería contrario la razón por la que el pueblo se sometió a los legisladores que él mismo proclamó. De esta manera, la ley es el gran instrumento y medio para garantizar el disfrute de la propiedad en paz y seguridad. Y ningún edicto de nadie tiene la fuerza y la obligación de una ley si no ha sido sancionada por la legislatura que el pueblo ha elegido y designado. Pues sin esto la ley no podría tener lo que es absolutamente necesario que tenga para hacer una ley: el consentimiento de la sociedad, sobre la cual nadie tiene el poder de hacer leyes sino por su propio consentimiento y por autoridad recibida de ella.
Sin embargo, cuando el cuerpo legislativo se altera –invasión de un extranjero- o los legisladores actúan contrariamente al fin para el que fueron designados, el pueblo no está obligado a obedecer. De este modo, los súbitos vuelven estar libres de sujeción y pueden constituir un poder legislativo que sea de su gusto, disfrutando de plena libertad para resistirse a la fuerza de quienes, sin autoridad, quieren imponerles cosa alguna. Porque cuando el pueblo se lo hace sufrir y se les pone a los abusos del poder arbitrario y absoluto, la rebelión se producirá, por mucho que se diga que sus gobernantes son hijos de Júpiter, sagrados o divinos, descendidos del cielo o autorizados por él, o cualquier otra cosa”.
Segundo Ensayo sobre el Gobierno Civil. 1690


Jean-Jacques Rousseau
"Supongo que a los hombres llegados a un punto en que los obstáculos que se oponen a su conservación en el estado de naturaleza vencen con su resistencia a las fuerzas que cada individuo puede emplear para mantenerse en ese estado. Entonces, ese estado primitivo no puede ya subsistir, y el género humano moriría si no cambiase su manera de ser. Surge así el contrato social. Es decir, una asociación que defiende y protege con toda la fuerza común a la persona y los bienes de cada asociado.
Las cláusulas de este contrato están de tal modo determinadas por la naturaleza del acto, que la menor modificación las haría vanas y de nulo efecto; de suerte que, aunque no hayan sido acaso nunca formalmente enunciadas, son en todas partes las mismas, en todas partes tácitamente admitidas y reconocidas; hasta que, violado el pacto social, cada uno vuelve a sus primeros derechos y recupera su libertad natural (…)
Por lo tanto, si se separa del pacto social lo que no forma parte de su esencia, resultará que se reduce a los términos siguientes: Cada uno de nosotros pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general por igual; y recibimos en cuerpo a cada miembro como parte indivisible del todo. En el mismo instante, en lugar de la persona particular de cada contratante, este acto de asociación produce un cuerpo moral y colectivo compuesto de tantos miembros como votos tiene la asamblea, el cual recibe de este mismo acto su unidad, su yo común, su vida y su voluntad. Esta persona pública que se forma así, por la unión de todas las demás, tomaba en otro tiempo el nombre de Ciudad, y toma ahora el de República o el de cuerpo político. Por lo que se refiere a los asociados, toman colectivamente el nombre de Pueblo, y se llaman en particular Ciudadanos como participantes en la autoridad soberana, y Súbditos como sometidos a las leyes del Estado.
Por medio del pacto social hemos dado existencia y vida al cuerpo político. Ahora se trata de darle el movimiento y la voluntad por medio de la legislación (…) Por tanto, la ley es la voluntad del pueblo que delibera sobre todo el pueblo, es decir, se considera a sí mismo. El pueblo, sometido a las leyes, debe ser su autor. Sólo a quienes se asocian corresponde determinar las condiciones de la asociación.
(…) La soberanía no puede estar representada, por la misma razón por la que no puede ser enajenada; consiste esencialmente en el ejercicio de la voluntad general, y la voluntad no se representa; es la misma o es otra; no hay término medio. Los diputados del pueblo no son, pues, ni pueden ser sus representantes, no son más que sus mandatarios; no pueden concluir nada definitivamente. Toda ley no ratificada por el pueblo en persona es nula; no es una ley. El pueblo inglés cree ser libre, y se engaña mucho; no lo es sino durante la elección de los miembros del Parlamento; desde el momento en que éstos son elegidos, el pueblo ya es esclavo, no es nada.”
El contrato social. 1762

Ejercicio

Establece las similitudes entre ambos pensadores
¿Cuáles son las innovaciones que introduce Rousseau?
Busca información sobre el pensamiento de Voltaire, Montesquieu y Quesnay –máximo carilla y media-

Bibliografía
• Guías de estudio para Historia Universal. El Renacimiento. Raquel García Bouzas. Ediciones de la Banda Oriental
• El Mundo Moderno y Contemporáneo. De la era moderna al siglo imperialista. Primera parte. Gloria M. Delgado de Cantú.
• El Estado, realidad histórica, presente y perspectiva. Román Castro y Miguel González.
• Segundo Ensayo sobre el Gobierno Civil. John Locke.
• El contrato social. Jean-Jacques Rousseau